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El novelista estadounidense Richard Ford se encuentra durante estos días en Oviedo para recibir el Premio Princesa de Asturias de las Letras de 2016 el próximo viernes 21 de octubre. Este galardón es otorgado a aquellos cuya labor creadora o de investigación simbolice una contribución destacable para la cultura universal en el campo de la literatura o de la lingüística.

La obra de Ford se adscribe en la gran tradición de la novela americana del siglo XX, recurriendo en su prosa a una épica que combina la ironía y la descripción minuciosa para definir el argumento, los personajes y la trama. Considerado por algunos como heredero de Hemingway, además de tener una fuerte influencia de Faulkner, es incluido en el Realismo sucio, una derivación del minimalismo distinguida por la tendencia a la sobriedad y a la precisión en el empleo de las palabras en sus relatos descriptivos. A pesar de reconocer que no le gusta ser adscrito en dicha corriente, admite que esto le ha servido para darse a conocer en Europa. Asimismo, se le ha caracterizado por hacer una literatura pesimista, con historias frías protagonizadas por personajes marginales.

Ha publicado varias novelas, entre las que destacan Un trozo de mi corazón, (1976), La última oportunidad (1981) y El periodista deportivo (1986), así como cuentos (Rock Springs, de 1987, Women with men, de 1997). Editor y antólogo, es también autor del guion de la película El despertar de un ángel (1990). Es oficial de la Orden de las Artes y las Letras de Francia, miembro de la Academia Americana de las Artes y las Letras, y ha sido galardonado con el Premio Literary Lion de la Biblioteca Pública de Nueva York en 1988, el de Literatura de la Academia Americana de las artes y las Letras en 1989 y 1997 y el Premio Pulitzer en 1996 con El día de la independencia.

Artículo redactado por Patricia Nevado

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