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Después de haber pasado días y días enteros escribiendo (o incluso años) hasta conseguir tener un manuscrito terminado, sabría muy, pero que muy mal el perderlo. Este fue el caso de algunos de los libros que conocemos hoy en día y que son considerados clásicos: sufrieron un curioso destino, ya que algunos de ellos fueron quemados, devorados o fueron olvidados en una estación de tren. En aquella época, en la que sólo existían copias en papel carbón, aquello podía significar toda una desgracia.

Los extraños destinos de los manuscritos

Esto fue lo que pasó con el manuscrito de De ratones y hombres, una de las obras más famosas de Steinbeck, que como si de la excusa de un niño se tratara, fue devorado por un perro. Aunque parezca increíble, la historia es verídica: el perro se llamaba Toby y era un cachorro. El manuscrito devorado llevaba en ese momento el título de Algo que sucedió. Steinbeck, aparentemente se lo tomó muy bien, ya que en una carta a su agente le explicó que no se podía enfadar con el perro ya que “a lo mejor había actuado de manera crítica”.

Un fatal olvido de la esposa de Hemingway, Hadley, acabó con muchos escritos inéditos del escritor americano. Fue en 1922 cuando la señora Hemingway cogió un tren de París a Suiza para encontrase con su marido. En una maleta llevaba varios cuentos del autor que aún no habían visto la luz, pero la maleta nunca llegó a su destino. Hemingway consiguió recuperar dos cuentos, pero los demás quedaron en el olvido.

Robert Louis Stevenson le prendió fuego al primer manuscrito de El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde tras haberlo escrito del tirón y haber recibido las críticas de su mujer, que leía y anotaba siempre todo lo que éste escribía. Stevenson lo quemó porque quería reescribirlo de nuevo, manteniendo la historia pero sin dejarse influenciar por lo que ya había escrito. Se dice que se puso a escribir de manera febril (con algún preparado de cocaína) y tuvo la versión definitiva en sólo seis días.

Uno de los grandes misterios de la historia de la literatura envuelve el manuscrito original de Drácula de Bram Stoker, que fue encontrado por un granjero de Pennsylvania mientras limpiaba su granero. Cómo llegó a allí desde Inglaterra sigue sin saberse. El manuscrito tenía correcciones y notas escritas del puño y letra del propio escritor irlandés, que en un primer momento había titulado el libro como The Un-Dead.

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guillermo